La Universidad de Almería desarrolla un proyecto de investigación con internos del centro penitenciario sobre deporte y salud mental
Docentes de la UAL prueban con internos de la cárcel un método para su inclusión social y mejora del respeto Los resultados hacen que la actividad tenga continuidad el próximo curso.
Los presos con discapacidad, enfermos mentales, que cumplen su condena en la prisión provincial El Acebuche de Almería han participado en un proyecto de investigación, pilotado por la Universidad de Almería y con la estrecha colaboración del centro penitenciario, cuyo objetivo era probar los beneficios del deporte y la meditación para lograr reducir la ansiedad, la depresión, la agresividad, el estrés y todo tipo de pensamientos que pueden atormentarles, a través del autocontrol. Según explicaron los responsables del proyecto, dos profesores de la Universidad de Almería que integran el Grupo de Investigación Hum-760, José Gallego y Adolfo Cangas, "la idea era comprobar la efectividad de dos actividades que son complementarias y que han demostrado que ayudan a estos internos a saber cómo controlar sus impulsos, así como también a interactuar con su entorno social, reducir el consumo de tabaco, ganar confianza en sí mismos, aprender el respeto y trabajar en equipo, entre otros logros".
La investigación, que se inició el pasado mes de septiembre coincidiendo con el inicio del curso escolar y ha concluido este mes de junio, han participado tanto internos con discapacidad de la prisión como alumnos de la Universidad de Almería de los grados de Psicología y Educación Primaria, así como del máster.
El profesor José Gallego ha llevado a cabo durante nueve meses un programa de deporte inclusivo pensado para los reclusos con la meta puesta en lograr que adquiriesen hábitos de realizar actividad física dentro de la prisión. Así, dos veces a la semana el profesor y alumnos de la UAL se han desplazado hasta El Acebuche para llevar a cabo la actividad, y una vez al mes los internos salía de la cárcel para visitar las instalaciones universitarias y practicar diversos deportes (fútbol, baloncesto, voleibol...) con los estudiantes y usuarios de Salud Mental de la Fundación Pública Andaluza para la Integración de Personas con Enfermedad Mental (FAISEM).
El programa se completó durante ocho semanas con una intervención de Mindfulness (clases de meditación y psicología) impartidas por el profesor Israel Mañas, orientadas a reducir el impacto de pensamientos o emociones adversas en los internos. A partir de la práctica de estas técnicas de meditación se ensañaba a los presos a responder de una forma más eficaz a las emociones angustiantes que le llevan a ser agresivos, impulsivos... Cabe destacar que a esta actividad únicamente se sometió la mitad del grupo de reclusos, con el objetivo de comparar los cambios conseguidos en unos y otros y ver los beneficios que reporta el Mindfulness a este colectivo de personas que padecen enfermedad mental.
Los resultados obtenidos mostraron claramente, según explicaron los profesores y la propia dirección del centro penitenciario, una reducción en el estrés, impulsividad y depresión de los participantes sobre los que se estaba llevando a cabo la investigación, lo que abunda en la utilidad de este tipo de intervenciones en los centros penitenciarios.
En su conjunto, ambas actividades han conseguido que se preste una mejor atención a este tipo de internos, una mayor adherencia a los tratamientos que reciben (63%), reducir la conflictividad entre el colectivo (75%) que actualmente según el director de la cárcel, Miguel Ángel de la Cruz, es "prácticamente nula" y más implicación de otros sectores de la sociedad.
Durante las vacaciones, serán los profesionales de El Acebuche los que se encargarán de dar continuidad a estas actividades dados los positivos resultados obtenidos. Y ya en el inicio del curso académico, en septiembre, los docentes de la Universidad de Almería volverán al centro con estas dos actividades, completando el proyecto con más propuestas socioeducativas encaminadas a mejorar la adaptación y la reinserción social de los internos con discapacidad de la cárcel.
En definitiva, como destacaron tanto José Gallego como Adolfo Cangas, de lo que se trata es de encajar goles al estigma con el estudio del deporte como vía de inclusión social. Este fue precisamente el lema del IV Congreso Internacional de Deporte Inclusivo que tuvo lugar hace solo unos meses en la UAL, que como broche final celebró un partido de fútbol entre los reos de El Acebuche y la Selección Provincial. En el congreso participaron además de los expertos en la materia, entre ellos el subdirector médico de la cárcel, Juan Martínez, varios reclusos que aportaron su punto de vista sobre los beneficios que habían percibido en ellos mismos tras la práctica de deporte y los cambios que habían experimentado con el Mindfulness.
El deporte se alza, tras la primera experiencia piloto de esta investigación, como una herramienta de relación social y como un sistema perfecto para la asunción del respeto a las normas y la importancia del compañerismo. Y cómo no, una vía para lograr crecer la autoestima. Como indicaron los investigadores, "comportamientos que se pueden considerar contrarios a la convivencia pueden tener su final en la práctica deportiva".
Para los estudiantes universitarios la experiencia también ha sido muy satisfactoria. Los propios docentes destacan que sus alumnos "también han aprendido a convivir con personas con enfermedades mentales, han conocido un entorno como la cárcel que a priori es bastante desconocido para la sociedad y, sobre todo, han comprobado la cantidad de estereotipos que hay hacia los presos".
La mayor parte de los reclusos con discapacidad que han participado en este proyecto de investigación cumplen condena por violencia en el seno familiar (precisamente por eso el primer objetivo de la actividad es que aprendan a controlar sus impulsos), pero también por robos, consumo de drogas e incluso por asesinato.